El presidente del Senado de Puerto Rico, Thomas Rivera Schatz, rechazó de manera contundente la propuesta de la gobernadora Jenniffer González de colocar una estatua del expresidente estadounidense Donald Trump en los predios del Capitolio. Durante una sesión ordinaria, Rivera Schatz dejó clara su postura sobre la sugerencia, subrayando que las decisiones sobre el recinto legislativo son exclusivas de los senadores.
“El recinto del Capitolio lo manejamos nosotros, y nadie más. Escuchamos sugerencias, claro que sí. Seremos cordiales, pero las decisiones se toman aquí, no en ningún otro lugar”, afirmó Rivera Schatz durante su intervención.
Con un tono sarcástico, el líder senatorial sugirió que, si se decide erigir la estatua, podría ser ubicada en áreas que realmente necesitan atención, como la costa de Loíza, que enfrenta problemas de erosión, o en municipios con altos niveles de pobreza, para destacar las necesidades de esas comunidades.
“Tal vez deberíamos poner la estatua de Trump en algún municipio pobre, para que miren hacia allá”, expresó Rivera Schatz, mostrando su desaprobación a la iniciativa.
El presidente del Senado también fue enfático al destacar su desinterés en el tema, afirmando: “Me importa un pito la estatua de Donald Trump, un soberano pito”.
La propuesta de la gobernadora González buscaba incluir la estatua de Trump en el “Paseo de los Presidentes”, donde ya se encuentran monumentos dedicados a otros expresidentes de Estados Unidos que han visitado Puerto Rico. Sin embargo, la oposición del Senado deja claro que esta idea no será respaldada por la Cámara Alta.
Este debate resalta las diferencias de visión entre el Senado y la gobernadora en torno a cómo honrar figuras políticas externas y dónde deben centrarse las prioridades legislativas en la isla.